Buenas noches, mis queridos Lectores Ausentes.
Hoy venimos con Neimhaim. Los hijos de la nieve y la tormenta, de Aranzazu Serrano Lorenzo. Fantasía épica cimentada en la mitología vikinga y la tradición celta que pese a sus necesarias licencias creativas, se mantiene muy fiel a esas raíces y demuestra un respeto admirable por esa maravillosa cosmogonía.
«Lo que ahora os contaré es tan cierto como que el fuego quema y el hielo, también.
Sabed, amigos míos, que dos pueblos, dos grandes clanes, habitaban una tierra apartada del resto del mundo. Se creían tan diferentes como la noche lo es del día, y en verdad, os lo aseguro, lo eran.
Amante del coraje y de las armas era el clan Kranyal; guerreros de bravo corazón y maestría en el arte de la lucha. Protectores de la vida y la serenidad eran los Djendel, pacíficos sacerdotes bendecidos con habilidades que iban más allá de lo natural, cuyo uso restringían con estrictos códigos.
Sus historias discurrían por separado, pero un día la frágil armonía quedó alterada y el entramado del destino cambió para siempre. Ambos pueblos salvaron sus recelos y unieron sus caminos por la fuerza de la necesidad. Juntos fundaron un joven reino llamado Neimhaim. Largo y quebradizo sería el camino de su unión; para allanarlo, sus líderes pactaron ceder el mando a sus hijos primogénitos, quienes regirían Neimhaim como esposa y esposo. No podían imaginar que, lejos de allí, un dios desterrado urdía pacientemente un plan para hacer de esos niños un instrumento de venganza contra sus iguales.
Así comienza la historia de los Hijos de la Nieve y la Tormenta. Así se me contó un día, hace mucho tiempo.»
Illzar de Cendailtan, un dasarin
Estamos ante una obra ambiciosa y muy cuidada, donde cada detalle es tratado con mimo y dedicación, sin dejar nada al azar ni mucho menos cabos sueltos. Resulta un placer comprobar que aun cuando estamos ante una novela de semejante extensión (se acerca a las novecientas páginas), la autora mantiene el control en todo momento, balanceando con acierto cada uno de los pilares de la historia y logrando de este modo no solo mantener nuestro interés sin que este decaiga bajo ninguna circunstancia, sino que consigue una dinámica perfecta entre las escenas de acción y aquellas que se centran más en el desarrollo de la historia y de los personajes. Hay intensidad en los momentos que esta lo requiere y hay momentos para comprender, para sentir, para conocer, sin que ello rompa el ritmo de la lectura. Un estilo ágil y fluido, que hace que nos metamos de lleno en la aventura y vayamos devorando páginas sin apenas darnos cuenta. El saber dosificar la intensidad en una obra tan extensa y en la que ocurren tantas cosas no es tarea fácil, pero en esta ocasión se consigue un equilibrio perfecto.
Narrado en tercera persona, facilita al lector el seguir en todo momento aquello que acontece a cada uno de los muchos y distintos personajes que aparecen en escena, sin que nos perdamos ni pasemos nada por alto. Seremos testigos directos de todo lo que les ocurre y como afecta eso a la trama principal. Incluso los secundarios tienen un peso propio y su papel es fundamental en el devenir de los acontecimientos. Lo que le sucede a uno tendrá sus consecuencias para otro y lo que haga este repercutirá en lo que haga aquél. Un entramado complejo, cuyo último fin es llegar a ese momento crucial que todos esperamos y que decidirá el destino de todos los implicados. A nivel personal, me encanta esta forma de desarrollar historias y sobre todo, el no poder dar nada por sentado, pese haber hecho cien conjeturas a lo largo de la lectura, mientras recorría el mismo camino que los protagonistas.
Porque en definitiva, Neimhaim es eso. Un viaje iniciático no solo para Ailsa y Saghan, sino también para el resto de miembros de sus clanes, que deberán aprender a convivir y a aceptar que aunque el destino parece estar escrito, estamos obligados a cumplir con nuestra parte para que este sea una realidad, sea cual sea el papel que nos ha sido encomendado, héroe o villano, leal o traidor.
Aventuras, intrigas, traiciones, revelaciones, combates épicos, derrotas terribles, dioses rencorosos, amor puro y verdadero y algo enfermo y corrompido que no es amor aunque lo parezca, sangre y muerte, venganza. Personajes complejos, carismáticos y con una fuerza arrolladora, con un destino que cumplir. El modo en que se relacionan, la huella que dejan unos en los otros, su profundidad y sus motivaciones son tratados con maestría, dándole un sentido a tanto dolor, sufrimiento y sacrificios y haciéndonos partícipes de sus esperanzas, sueños, alegrías y anhelos, así como también a sus miedos ante un destino sellado de antemano
Como único punto negativo, quizás el final, en un desenlace que sabe a poco tras todo lo vivido. No es un mal final, pero uno se queda con la sensación de que le ha faltado algo, aparte de esa aparente revelación que si bien cierra con la historia, deja abiertos otros frentes de los que uno esperaba saber más.
En todo caso, es solo una apreciación mía y en realidad no desluce en absoluto la lectura. Es cuestión de gustos personales y el tener en cuenta de que estamos ante lo que debería ser solo el inicio de una saga estupenda que no tiene nada que envidiar a otras con mucha mayor repercusión.
Si tenéis oportunidad, no dudéis en adentraros en Neimhaim. Me lo agradeceréis. Los hijos de la nieve y la tormenta se ganarán un lugar privilegiado allí, en vuestro corazoncito apasionado por la fantasía de calidad.
Neimhaim. Los hijos de la nieve y la tormenta
Aranzazu Serrano Lorenzo
Editorial: FANTASCY
ISBN: 9788415831624
Páginas: 864 pág.
Precio: 21,90€
Athnecdotario Incoherente 