Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.
Hoy venimos con la reseña de El Guerrero a la Sombra del Cerezo, de David B. Gil. El autor se estrena con esta obra como autor de novela histórica, aunque es reconocida su faceta como crítico y articulista en distintos medios. Su bagaje cultural le delata y resulta evidente en las formas y en el estilo que imprime en la obra que nos ocupa.
No es habitual que un escritor lo haga tan bien en una primera novela. Resulta una agradable sorpresa constatar el cuidado y el mimo extremo que David ha puesto en su trabajo, donde los pequeños detalles son los que importan. Unas maravillosas descripciones, cargadas de intención y simbolismo nos acompañan durante toda la lectura. Lejos de ser un lastre, de suponer un relleno innecesario, se convierten en uno de los pilares fundamentales de la novela. Sin prisas, tomándose el tiempo necesario para contarnos lo que quiere, con el ritmo y la cadencia que exige la propia historia, David profundiza en todo lo que quiere mostrarnos, nos obliga a prestar atención a esos detalles sutiles que normalmente se nos escapan, nos permite ver con otros ojos y captar la belleza de las pequeñas cosas, que en tantas ocasiones no somos capaz de apreciar y que resultan ser las que realmente valen la pena.
Seizô Ikeda, último descendiente de la casa regente de la provincia de Izumo, queda huérfano tras una noche aciaga en la que su familia es asesinada y el castillo de su clan quemado hasta los cimientos. Con apenas nueve años se ve obligado a convertirse en un exiliado en su propia tierra, un prófugo al cuidado de Kenzaburô Arima, último samurái con vida del ejército de su padre. Su huida es, al mismo tiempo, el primer paso en un camino de venganza de consecuencias imprevisibles.
En la otra punta del país, Ekei Inafune, un médico repudiado por aplicar las artes aprendidas entre los bárbaros llegados de Occidente, se ve inmerso en una conspiración que puede acabar con la paz recién instaurada por el nuevo shogún, Ieyasu Tokugawa. Una paz que debe poner fin a más de dos siglos de guerra civil.
Ambos hombres recorren las cenizas de un Japón apenas pacificado en el que las conspiraciones, la venganza y la ambición de los señores samuráis amenazan con quebrar un frágil equilibrio. Dos vidas que se entrelazan a lo largo del tiempo, hasta confluir en un momento decisivo.
La capacidad del autor para recrear ese Japón feudal con todo lujo de detalles, acercándonos una realidad que en demasiadas ocasiones se nos ha presentado idealizado de manera errónea, es uno de los puntos fuertes del libro, en el que el costumbrismo es uno de sus aspectos más destacables, través de una ambientación simplemente maravillosa.
Lo mismo ocurre con los personajes, construidos a conciencia y dotados de una humanidad tan viva, tan palpable, que se mantienen fieles a sí mismos en todo momento, con sus virtudes y sus defectos. No los vemos como simples creaciones, como herramientas o marionetas cuya única misión es ponerse al servicio de la historia. Al contrario, forman parte de ella, son la causa y el efecto, quienes viven y sufren en sus propias carnes lo que acontece y asumen su destino como cualquiera de nosotros, intentando hacer lo que deben, según su papel en la historia. Alejados de estereotipos, en ningún caso nada es blanco o negro. Hay infinidad de matices, de grises, según como nos enfrentamos a los retos que nos encontramos en el camino y cuál es nuestra reacción en cada momento de la vida.
Quizás el lector esté pensando que muy bien, que le parece perfecto, pero que ocurre con la trama. Lo entiendo… A menudo, algunos autores se pierden en las formas, en el decorado y olvidan que lo que importa en el fondo es la propia historia. Poco importan los escenarios y los personajes si no hay una trama consistente, una historia que contar.
En el caso de El Guerrero a la sombra del cerezo no solo hay un gran argumento, sino una excelente historia que hará las delicias del lector. Novela de aventuras a la vieja usanza, con una notable comprensión del sentido de la maravilla, es puro entretenimiento, donde la acción, las emociones y los sentimientos van de la mano de unos personajes maravillosos y unos escenarios tan evocadores que nos harán soñar.
Es como viajar en el tiempo y contemplar con nuestros propios ojos un pasaje de la historia, en el que podemos ver al viejo artesano trabajando con sus manos, al campesino regresando de sus labores o al médico que se debate entre las antiguas tradiciones y los nuevos conocimientos que han llegado desde tierras extranjeras, pero también seremos testigos de enfrentamientos entre samuráis, intrigas políticas, venganzas y luchas de poder. Y el honor, ese argumento, ese atributo tan mal comprendido a veces, como protagonista absoluto.
Todo ello narrado con esa voz tan peculiar propia de la tradición japonesa, a su propio ritmo, sin prisa, pero sin pausa, dotando a la lectura de una personalidad propia, con la que conectamos de una forma tan inesperada que apenas somos conscientes de dejaros llevar.
En definitiva, una gran novela que se aleja, y mucho, de lo poquito que he leído sobre el Japón medieval, en la que la figura del Samurai y el espíritu del bushido se mantienen sin mácula alguna, lejos de la imagen distorsionada que tenemos hoy de ello; en la que antiguas tradiciones chocan frontalmente con un inminente cambio de paradigma duro de asimilar por quienes desean a toda costa evitar dicho cambio y se aferran con desesperación a lo conocido, al viejo mundo. Una obra que con una prosa elegante y que enamora, nos ofrece una historia de aventuras maravillosa, dramática, cruda y bella, con unas formas tan exquisitas que resulta imposible no caer rendido a sus pies.
Yo, desde luego, he quedado prendado de la propia historia y de la manera de narrar de su autor, a quien podéis estar seguros no voy a perder la pista. Muy, muy recomendable.
El guerrero a la sombra del cerezo.
David B. Gil
EBOOK
ASIN: B00L4NTCW4
Páginas: 769 aprox.
PVP: 3,15€
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