Mirando a las estrellas, de A. F. Black (Por Francisco Jose Arcos Serrano)

A. F. Black es un autor alusivo y totalmente desconocido por tierras españolas. Pero por suerte,  AJEC ha solucionado el vacío editorial que existía sobre él, y parece ser que va a publicar otra de sus primeras obras en breve, contentos con el resultado final por ambas partes.

Este libro es especial por motivo doble: Primero, por el aura de misterio que rodea a su autor, que le da a todo el significado final del libro un empaque muy interesante que le viene que ni pintado, y por otra parte, es uno de los mejores libros que he leído últimamente, así de claro.

Este autor escocés ha creado, posiblemente, a uno de los personajes más carismáticos que recuerdo de los últimos meses (el jamaicano Charlie Manley), y que me gustaría tener como amigo en la vida real: Un ser lleno de paz, y cumplidor de todas sus promesas, cueste lo que cueste. No sólo Manley funciona como gancho perfecto para meterte en la historia, también se necesita una atmósfera y una historia que atrape al lector, ¡y vaya si lo consigue!

Con el vudú y la tradición Obeah como eje central de la novela y todo el misticismo que conlleva, se desarrolla una historia en las calurosas calles de Winter Palms, Florida, con diversos secundarios que terminan de tejer la línea narrativa principal que complementan al esclarecimiento de un hecho acaecido en sus páginas donde todo lo que se cuenta y cómo se cuenta ayudan a esa búsqueda.

Un tema que está muy presente en la novela es el de la inmigración. Acertadamente (y desgraciadamente, ya que se ajusta a la realidad de nuestros días), sus páginas destilan ese contraste entre las zonas más pobres y las más prósperas que hacen más humana la malsana atmósfera en la cual se desarrolla la acción.

Aquí Black potencia la credibilidad de sus personajes, poniendo en su boca y a traves de sus diálogos, una mezcolanza muy adecuada de palabras en criollo intercaladas con el ingles, ademas de tratar aspectos como el desarraigo y la lucha por mantener los lazos con sus raices y creencias, unido a lo dificil de la integración (temas delicados cuando hablamos de de inmigración, pero que el autor trata con realismo y acierto),  que enriquece de forma global la psicología de cada uno de ellos.

Respecto al ritmo de la novela el escritor no tiene prisa. Se toma su tiempo en describir ciertos pasajes del libro, redondeando así su jugada maestra hasta llegar a un final tan poco esperable como una película de David Lynch.

Black ha trabajado durante muchos años escribiendo guiones para la televisión, pero siempre ha estado en la sombra del éxito, nunca se le ha llegado a reconocer su valía como escritor, hasta que decidió dar el salto a la página en blanco y dar forma a esas fábulas modernas en la que consisten sus historias, y desde aquí agradezco esa decisión, ya que he disfrutado muchísimo con la lectura del libro, como he comentado anteriormente.

Espero con ansia la publicación de su primera obra que escribió, ‘Con los pies en la Tierra’, de inminente publicación por parte de la editorial granadina.

Se nota que la editorial AJEC le ha puesto mucho cariño a esta edición (y eso se nota también en la narración del encuentro de Raúl Gonzálvez -editor de AJEC- con el ‘supuesto’ representante de Black, todo un misterio….), y seguro que ve recompensado ese esfuerzo dando a conocer al mundo editorial español a uno de los mejores escritores que estaban en la sombra. Desde aquí, mi más sincero agradecimiento por haberme descubierto esta novela.

Tapa dura con sobrecubiertas, una ilustración de portada muy en la línea de la novela y una traducción que, imagino,no ha sido nada fácil, coronan una de las mejores sorpresas en libro del 2011.

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Mirando a las Estrellas

A. F. Black

Portada: Pablo Uria

Traducción: David Prieto Ruiz

Precio: 19,90€

Tamaño: 23×16 cm. Tapa Dura con Sobrecubierta

Páginas: 400

ISBN: 978-84-15156-23-9

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Autor: Athman M. Charles

Pagano y jubilado, montañero retirado, boxeador vapuleado, fotógrafo desenfocado, jugón manco Old School, lector empedernido, juntaletras de medio pelo, casado y con hijos, calvo y barbudo. Legítimo heredero de la Casa de Cal Gallo de Montagut.

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