El Rey Trasgo: Títeres de Sangre, de Alberto Morán Roa

Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.

portada_titeresHoy, una reseña que tenía muchas ganas de colgar. El motivo es bien simple: Cuando una obra te deja tan buen sabor de boca, resulta imposible resistirse a compartir tus impresiones con los demás. He querido  que pasen  unos días para no dejarme llevar por la euforia y el arrebato que sentí cuando la terminé para ser lo más objetivo posible, ya que me conozco y sé que en caliente, me puede el entusiasmo y  dejo de ser imparcial.  Después de haberla dejado reposar y haberme mantenido ocupado con otras lecturas, creo que ya puedo hacer una reseña en condiciones, aunque he de reconocer que mi opinión ha variado más bien poco al respecto.

Títeres de Sangre, la segunda parte de El Rey Trasgo, de Alberto Morán Roa, resulta una lectura deliciosa, compleja y que  logra situar a su autor como uno de los mejores escritores de género de nuestro país. Así, sin paños calientes ni medias tintas. Si con su anterior título, con el que se iniciaba esta peculiar saga de fantasía,  llegó pisando fuerte y reclamando el lugar que le corresponde por derecho, en esta ocasión  no solo reafirma su valía, sino que deja claro que ha venido para quedarse y que no hay temor en su ser, sabiendo que sus armas, la pluma y la tinta, le confieren ese derecho legítimo que nadie osará poner en duda.

“Tras la destrucción de la Ciudadela, el continente es un lugar más convulso que nunca: los nobles intrigan tras los muros de sus castillos y vigilan las fronteras con recelo, a la espera de una guerra que muchos intuyen pero cuya magnitud nadie es capaz de imaginar. Algunos, alentados por la venganza o la gloria, afilan ya las espadas y disponen a sus ejércitos.

Los rumores se extienden como una sombra: en los bosques encantados aparecen criaturas de otros tiempos, mientras sus habitantes susurran crípticos augurios. Un gigante ha penetrado en el corazón de Esidia, la tierra de los trasgos, en busca de secretos. Fantasmas de ceniza vagan entre alaridos por el marchito reino de Corcia hacia un destino desconocido.

El Cuervo, el más siniestro de los consejeros de Thorar, se valdrá de estas amenazas para afianzar su poder… ignorante de que la más peligrosa de ellas se encuentra en los Picos Negros. Allí, fuerzas tan antiguas como el mundo están a punto de despertar mientras el Rey Trasgo se convierte, día a día, en aquello que más odia…”

Si en La Ciudadela y la Montaña conocíamos a los personajes, nos metíamos en su piel y descubríamos a través de sus actos su verdadera naturaleza, en Títeres de Sangre nos centraremos en conocer y comprender aquello que los impulsa, las circunstancias que los empujan a actuar y mostrarse como lo hacen, lo que les lleva a asumir su papel, su razón de ser y sus motivaciones. Los personajes, como protagonistas, dejan en cierto modo a un lado el QUIEN, para descubrirnos el PORQUE.  Los motivos y las circunstancias que les obliga a aceptar el rol que les ha sido asignado y que les define, los ideales que los guían, los impulsos que les dominan, las manipulaciones de las que son víctimas. En definitiva, la Causa que conlleva al Efecto y que inevitablemente, guía sus pasos y hace de ellos lo que son.

Eso supone ver más allá de las apariencias, nos permite comprenderlos, ver su evolución. Y aunque de alguna forma y como el propio título indica, no dejan de ser títeres en manos de las circunstancias, de sus propias decisiones o de aquello que creen inevitable, -lo que de alguna forma eclipsa su protagonismo y parece convertirlos ciertamente en simples marionetas, cayendo en algunos tópicos-,  lo cierto es que con ello se reafirma su personalidad,  se ahonda en su propia existencia, dándoles una profundidad que a simple vista puede pasar desapercibida.

Con un estilo impecable, una prosa que cautiva desde la primera página, jugando con la voz del narrador en el momento adecuado para enfatizar aquello que nos quiere contar y creando atmósferas logradísimas, destaca el dominio del ritmo con el que Alberto desarrolla la historia, oscura y fatalista, agilizando la narración cuando así lo requiere la escena o deteniéndose para poder contemplar con todo lujo de detalles aquello que acontece, según las necesidades de la misma.

Varias subtramas entrelazadas, pero independientes entre sí, nos llevan a un desenlace en el que las dos líneas generales no convergen, pero si nos da una visión general, omnipresente, de todo lo que ocurre, permitiéndonos ver el conjunto con la perspectiva de un jugador de ajedrez, mientras contempla como han quedado las fichas sobre el tablero.

Si tengo que ponerle alguna pega, es en lo referente al tema de los nombres de los personajes. Son cien y la madre, un reto que se complica todavía más cuando se refiere a ellos de varias maneras distintas. Admito que en algunos momentos, me he perdido y he tenido que volver atrás para saber de quién hablábamos, aunque tampoco es que haya sido nada que suponga excesivo problema. Supongo que es cuestión de centrarse un poquito y no tener memoria pez como es mi caso.

30990_4951601637029_758445216_nAdvierto que no es una lectura fácil. La complejidad de las tramas, la prosa de Alberto, (que se disfruta y paladea, aunque le otorga a la narración un enfoque que quizás no todos sean capaces de apreciar) y las dobles lecturas y aquello que se puede intuir entre líneas, hacen que sea una lectura exigente si se quiere disfrutar como se merece. Os aseguro que vale la pena aplicarse y poner todos los sentidos en ella. La experiencia vale muchísimo la pena y el poso que deja es imborrable. La he disfrutado como pocas lecturas y es de esas que sé con certeza que volveré a visitar en más de una ocasión.

 No solo os la recomiendo: Considero que es una obra imprescindible, de esas que no puede faltar en cualquier biblioteca que se precie como tal. Espero que si os animáis a haceros con ella, la disfrutéis tanto como yo.

 

El Rey Trasgo. Títeres de Sangre

Alberto Morán Roa.

Editorial: Kelonia

Portada: Barb Hernández.

Presentación: Carlos Sisí.

Páginas: 472 pág.

ISBN: 978-84-941043-8-1

PVP: 17,95 €

 

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