Sinopsis
«Imperio Bizantino. Siglo X. Tras una larga campaña militar, los soldados de Bizancio regresan a Constantinopla. A pesar de que su camino ha sido bendecido con victorias desde Damasco hasta Bulgaria, augures de muerte rodean al poderoso ejército y, entre ellos, el rumor de que el mismo emperador, Juan I Tzimisces, es víctima de un extraño mal que le impide mostrarse a la luz del sol…
Casi 1000 años después, en 1934, en el diminuto Hospodarato de Bosgovina, en el corazón de la península de los Balcanes; el anciano hospodar Laiota Basarab III gobierna entre estertores torturado por el recuerdo, mientras su nieto, el Príncipe Radu, intriga para hacerse con el poder. El partido de “Los Hijos del Mañana” apoyados por la Alemania nazi trata de sembrar el caos, y la Iglesia y el Parlamento asisten atónitos e impotentes a una espiral de violencia y terror. Vientos de guerra civil agitan la pequeña nación de los Balcanes.
Lejos del lugar donde los políticos juegan con el poder, ocultos entre los bosques de Bosgovina, los Zíngaros Cazadores vigilan. Desde los tiempos del Imperio Bizantino, los zíngaros han mantenido oculto un enigma cuyo origen se pierde en las brumas de la Historia, manteniéndolo a salvo de aquellos a quienes se conoce como vroklaki: los Perdidos.
El delicado equilibrio del Hospodarato se ve alterado cuando a Bosgovina llega un grupo de arqueólogos estadounidenses con la idea de excavar en esas tierras. Poco después, el director de la excavación aparece decapitado en medio del bosque. Ése será el comienzo de un relato en el que sangrientos mitos del pasado conviven con complejas intrigas políticas de la Europa de Entreguerras. Un mundo en el que nada es lo que parece, en una tierra de leyenda, pasión y muerte; donde un poder antiguo duerme y espera…
Bienvenidos a Bosgovina.»
Buenas tardes, mis queridos Lectores Ausentes.
Os traigo hoy una lectura poco convencional, que reúne entre sus páginas lo mejor del terror y de la novela de aventuras, dos géneros que me encantan y que se complementan de un modo fabuloso.
Estamos hablando de “El Lamento de Caín”, la primera novela de Luis Montero Manglano y publicada por AJEC, con la que el autor se descubre como un escritor con mucho talento y amplios conocimientos como especialista en Historia del arte. Conocimientos que se hacen evidentes gracias a la fantástica documentación llevada a cabo para lograr una ambientación que sorprende por su viveza y realismo, y que permiten al lector viajar, literalmente, a los escenarios y momentos históricos citados en la obra. Esa es sin duda una de las mejores bazas, que no la única, de esta novela, cuyo imponente volumen de páginas han sido devoradas con satisfacción por el que suscribe, totalmente rendido ante la historia que se nos relata.
Amén a la propia historia, cabe destacar el modo en que se narra. Una prosa cuidada, pero sin excesos, le da el ritmo óptimo al desarrollo de los acontecimientos, permitiendo una lectura amena y fluida, en la que uno puede saborear ciertas reminiscencias a grandes clásicos del género de un estilo similar.
En la obra prevalece la aventura sobre el terror, aunque este se haga muy presente y en algunas escenas, logre imponerse. El momento histórico en el que suceden los hechos, unido a los escenarios elegidos y la personalidad de los protagonistas, nos llevan irremediablemente a viajar a principios del siglo XX, época dorada para los más avezados y temerarios aventureros. Con la segunda guerra mundial planeando sobre sus cabezas, ese punto de inflexión entre lo que representa el viejo mundo (arraigado aun en antiguas leyendas y tradiciones, negándose a olvidar sus raíces enclavadas en la superstición y aferrado al nacionalismo más básico y popular) y lo que supone el mundo moderno, los avances científicos, el cambio de paradigma en la misma estructura del gobierno y la necesidad de abrirse al exterior como nación sin perder su própia identidad , resulta muy acertado y nos permite anticipar que será del futuro de Europa, un continente recién salido de una guerra y que se dirige de manera inexorable hacia un nuevo conflicto.
Con sus más de ochocientas páginas, estamos ante una novela extensa, con gran cantidad de personajes y ubicaciones, en las que seremos testigos del renacer de un mito. De algo oscuro que trae consigo dolor y muerte, sangre y fatalidad.Pero también descubriremos que acaso este sea un mal necesario. Un mal que ha de hacerse real y cumplir con su cometido, por mucho que nos cueste aceptarlo.
Desde el Smithsonian hasta el corazón de los Balcanes, desde Damasco a Constantinopla, desde el siglo X hasta 1934, acompañaremos a nuestros protagonistas en una historia cuyo origen se pierde en las brumas del pasado y que nos lleva a un desenlace inesperado y que nos dejará un muy buen sabor de boca.
Una novela intensa que aborda distintas subtramas, cada cual más interesante y que consigue darle a la figura del vampiro un enfoque muy distinto del que estamos acostumbrados, recogiendo lo mejor de las viejas tradiciones y dándole un toque muy personal a su particular visión del mito, abarcando más allá de lo que resulta obvio y ofreciéndonos una formidable aventura con varios giros argumentales.
En la parte negativa, quizás señalar un final un poco previsible y endulzorado, que sin poder ser criticado como tal, si resulta un tanto ajeno al tono trágico y oscuro que se presupone a la figura del monstruo.
Por otro lado, he leído varias reseñas en las que se ponen pegas a ciertos vocablos que el autor utiliza, palabras en bosgonita que según algunos, suponen una molestia. En mi caso, no ha sido así, ya que dentro del contexto en el que se utilizan, uno entiende sin problema a que se refieren e incluso aumentan la credibilidad de la historia y ayudan a sentirse partícipe de la escena en cuestión.
Lo que si es cierto es que hay un par de personajes que aparecen al principio, que me han resultado particularmente atractivos y sobre los que me hubiera gustado conocer más. Pero por desgracia, desaparecen de escena sin que sepamos nada más de ellos. Me han parecido desaprovechados, porque sus peculiaridades podían haber dado mucho juego.
Por lo demás, como digo es una buena novela. Será que el modo en que se narra invita a soñar y a ponerse en la piel de los personajes, a vivir mil aventuras y a enfrentarse a lo desconocido, pero lo cierto es que he disfrutado muchísimo con ella.
Solo me queda recomendarla y desearos que lo paséis tan bien como yo.
El lamento de Caín
Luis Montero Manglano
Editorial: AJEC
ISBN: 9788415156468
Páginas: 850 pág,
PVP: 19,95€