Esta noche arderá el cielo, de Emilio Bueso

Buenos Días, queridos Lectores Ausentes.

ENAEC diseno finalHoy venimos con Esta Noche Arderá El Cielo, la última novela de Emilio Bueso,  una novela a la que le tenía muchísimas ganas y que no solo ha colmado mis expectativas, si no que las ha superado con creces. Los que conocemos la obra de Bueso, sabemos de su estilo crudo, visceral, impulsivo, donde no hay lugar para remilgos ni medias tintas. Las cosas por su nombre y siempre con ese punto macarra y de mala leche.

Aun así, decir que Bueso se mueve bajo un mismo patrón, sería inexacto. Una cosa es su estilo sucio, directo a los morros, y otra es que sus obras se parezcan. En absoluto. Nada tienen que ver Diástole y Cenital con el título que nos atañe.

“La Trans-taiga es la carretera más larga y solitaria que puede recorrerse en el vasto norte canadiense: seiscientos sesenta y seis kilómetros a través de un desierto boreal que mueren de pronto junto a un embalse abandonado. Un sitio que cruzar en moto, donde perderse con una mujer casada, acampar bajo la fosforescencia de la aurora y la lluvia de estrellas. Ése era en un principio el plan de Mac. Mac es un tipo que a veces necesita medicación y cuyos planes, a menudo, salen mal. Mac entiende de carburadores, de ataques de pánico y de rock and roll. De lo que no entiende Mac es de avionetas de contrabandistas en vuelo rasante, de armas biológicas y ancestrales secretos de los indios Cree. Y va a tener que aprenderlo todo en una noche…”

En esta ocasión, el autor nos cuenta sobre un perdedor, un tipo al que el mundo le viene grande. Ahogado por su propia incapacidad de hacer nada al respecto, siente en cada uno de los poros de su piel que la vida es solo una sucesión de oportunidades perdidas. Un motero que se ha recluido en su propia mísera existencia, añorando tiempos que no necesariamente fueron mejores, pero al menos FUERON. Ocultando su desidia y su fobia social tras las paredes de su taller, la vida transcurre entre carburadores, manillares cromados y grasa. No hay un futuro y por no haber, no hay ni un presente real. Se limita a dejarse llevar a la deriva, en un día que se repite infinitamente, mientras cada vez le cuesta más seguir a flote.

Pero cuando el pasado vuelve a llamar a su puerta, parece que se presenta una última oportunidad de cambiar las cosas. De sentirse vivo de nuevo, aunque sea tan solo por una vez más.

Bueso  ha creado un personaje complejo, un paria que no puede culpar a nadie de su miseria, salvo a sí mismo. Alguien que no sabe cual es su lugar en el mundo, que no comprende que es lo que se espera de él ni que debe hacer. Víctima deliberada de la No-acción, el Wu wei de los taoístas, pero en su versión más decrépita, indigente y autodestructiva. Será necesario un detonante, algo que rompa con todo lo establecido, para que nuestro personaje se decida a actuar, de asumir el desafío que se le presenta, pese al miedo y las dudas. Y de eso va la novela: De un tipo que por fin se ve obligado a tomar las riendas, a ponerle cojones, aunque sea empujado por unas circunstancias tan extrañas e incomprensibles, a hacerse cargo de la situación y a tomar decisiones. De asumir por vez primera el protagonismo en la historia de su vida, de apretar el culo y los dientes y salvar la situación… y de paso, la vida.

Una novela de terror y ciencia ficción, escrita en clave de western y road movie, en la que el autor hace aquello que mejor sabe: Obligar a sus personajes a despertar, aunque sea a base de hostias. Aquí no hay héroes,. Y resulta difícil señalar realmente a un villano. Todos hacen aquello que han de hacer, para bien o para mal, en su lucha por sobrevivir, sea como raza, especie o individuo. La Taiga, esa carretera casi infinita, más allá de los confines del mundo. Bosques antiquísimos e inexplorados, que ocultan en su interior toda clase de horrores. Indios Cree, cuyo orgullo guerrero y ancestral se diluye ante los nuevos tiempos. Criaturas imposibles, hijos de un dios loco llamado hombre, que han convertido este inhóspito paisaje en su hogar. Traficantes, militares, operaciones secretas, motocicletas y Rock and Roll. Todo sucederá en una noche especial, distinta, en la que el fuego, destructivo y purificador, arderá en la tierra, pero aun con mayor intensidad en los cielos.

Si en Solo ante el peligro, Gary Cooper se hallaba en un pueblo de calles polvorientas, madera reseca y sol abrasador, dependiendo únicamente de sí mismo, en Está noche arderá el cielo nuestro héroe sin vocación aparcará su caballo de hierro, tomará su pistola de bengalas a modo de colt 45 y se enfrentara a la fría noche de la Taiga y a sus miedos, dispuesto a salvar a la chica y vender caro su pellejo. Su mayor enemigo, sin embargo, no se oculta en las sombras, sino dentro de sí mismo. Luchará contra todo aquello que ha sido hasta ahora su forma de ser y  enfrentarse a la vida: Su aislamiento, su falta de decisión, su  debilidad… Fuegos, reales o metafóricos, que supondrán el principio y el fin, el alfa y el omega, la muerte y el renacer, bajo un bautismo de luces fantasmales y fuego redentor.

emilio-buesoBueso en su línea, directo y sin concesiones. Una prosa directa al hígado, construida a conciencia como el artesano que es. La estructura narrativa es como una obra de ingeniería, trabajada hasta el más mínimo detalle, como una máquina de precisión con una fuerza arrolladora. Maravilla que tanta complejidad, tanta minuciosidad, se ejecuten con tal perfección que el resultado nos parezca brillar por su sencillez. Bueso hace que lo difícil nos parezca fácil. Una prosa cargada de metáforas, hipérboles, metonimias y anáforas, pero a la vez, con un vocabulario crudo, descarnado, irreverente, incluso vulgar en ocasiones, como ya es habitual en él.

Bueso en estado puro, señores. Tan mordaz y analítico como suele ser. Un filósofo con chupa de cuero, con las cosas claras y contando historias como se deben contar.

Imprescindible.

 

Esta noche arderá el cielo

Emilio Bueso

Editorial: Salto de Página

ISBN: 9788415065487

Páginas: 288 pág.

PVP: 18€

 

Autor: Athman M. Charles

Pagano y jubilado, montañero retirado, boxeador vapuleado, fotógrafo desenfocado, jugón manco Old School, lector empedernido, juntaletras de medio pelo, casado y con hijos, calvo y barbudo. Legítimo heredero de la Casa de Cal Gallo de Montagut.

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